testimonios
Qué dicen nuestros pacientes
Entrevista a María
“tengo psoriasis. Por qué?...yo sé que esta enfermedad tiene que ver con lo emocional, pero por qué a mi?...llevo una buena vida, tengo buena relación con mis padres y hermanos, estudio en la facultad, me va bien, apruebo los exámenes con buenas calificaciones, tengo novio, cuando termine la carrera nos vamos a casar. Hace poco ingresé a trabajar en una empresa importante, con buen sueldo, quiero ser contadora...a veces me angustio porque siento que no puedo, que no me va a dar la cabeza para todo. Y sé que me exijo extremadamente. Por ejemplo sentirme mal porque en el último parcial me saqué un 6. Poco para lo que estoy acostumbrada. Y no lo puedo aceptar, siento como si me hubieran aplazado. Mis padres dicen:
Pero María si es una buena nota!
Y yo siento que lo dicen porque quieren conformarme, porque en el fondo están decepcionados de mi... La psoriasis comenzó a aparecer de a poco. Estaba por cumplir 13. En el último año de la primaria, yo me preparaba para el ingreso al Nacional Buenos Aires. Empecé a sentir picazón en el cuero cabelludo y luego una especie de caspa... a los pocos meses estaba toda la cabeza brotada y también algunas placas en distintas zonas del cuerpo...”
Para María todas sus metas implican una exigencia extrema y nunca es suficiente lo que logra. Entonces su aparato psíquico desborda y denuncia a través de la piel, porque en ella es su punto vulnerable. Y lo mas llamativo es que María no entiende por qué tiene psoriasis, tanto es su nivel de disociación entre lo que sabe (por ejemplo que un 6 es una buena nota) y lo que siente (que es un aplazo).
Entonces:
*La enfermedad es un primer intento de unión, de recuperar la unidad psicosomática.
*El tratamiento de la piel apunta a una mirada integradora,( no atendemos una piel enferma sino una persona que sufre psoriasis
*La propuesta de un tratamiento psicológico es porque pensamos que ayuda al enfermo a unir esas dos partes disociadas, a entender por qué la piel se expresa y qué expresa y a hacer la vida más llevadera y disfrutable
A Julio le duele la piel. Necesita estar solo, que nadie vea cómo está, que nadie se impresione, que nadie lo toque, tal vez por miedo a que no quieran tocarlo. La psoriasis se instala en la piel y produce sentimientos de este tipo, como los que siente Julio.
LLamó al Cip y le dijimos que para poder iniciar el tratamiento tiene que suspender las cremas con corticoides que viene poniéndose, con resultados magros. Claro, al suspender se produjo el “efecto rebote”volvieron a salir las placas que tenía y otras más, en otros lugares del cuerpo donde nunca había tenido.
Le proponemos acompañar esta difícil transición con compresas de manzanilla fría o el almidón de la avena al hervirla, mientras pasan esos días terribles, de ardor y picazón. Y algún antihistamínico para no rascarse, para no seguir lastimándose. Le contamos que lo estamos ayudando a preparar la piel para recibir nuestra medicación, que como es natural, actúa sobre la piel enferma pero sin disfraz.
Y como lleva tanto tiempo de lo mismo, decide jugarse a probar algo distinto, aunque implique atravesar esta etapa; son 15 días, se hacen eternos! Pero pasan. Y ya está preparado para volver a vernos y comenzar la aplicación de la loción y la crema que el equipo consideró para Julio. Su compañera de la vida va a colaborar, pintando en las zonas a donde Julio no llega. Y también escuchando las recomendaciones y consejos para que todo salga bien.
Le recordamos que puede llamar al Centro cada vez que lo necesite hasta que volvamos a verlo.
Va a ponerse la loción noche por medio y dejarsela para dormir. A la mañana siguiente se dará una ducha rápida, tibia, con jabón humectante y con suavidad sobre las lesiones.Las cascaritas no se pueden arrancar!. Tienen que caerse solas. Eso va a indicarnos que la piel está sana. El plan es ese: llegar a tener la piel sana, no decimos que curamos psoriasis. Por ahora nadie puede decirlo. En ninguna parte del mundo.
A los 10 días, con solo 5 aplicaciones, Julio llama al Cip, no lo puede creer, está mucho mejor!, con solo 5 aplicaciones!
Le decimos que eso tiene que ver con la actitud de él frente al tratamiento. En su confianza, en su decisión de estar bien.
Tiene la voz distinta, hace chistes, y vuelve a agradecer. Y le decimos que es a él que tiene que agradecerse. Porque la decisión que tomó y sostuvo hizo que se aguantara la transición del cambio. Va mejorando! Al mes vuelve al consultorio. Le preguntamos qué porcentaje considera él que mejoró. Y contesta sonriendo: 80%!
Y coincidimos. Julio es de esos pacientes que asombran por la rápida evolución tan favorable. Su psoriasis, potenciada por el excesivo uso de corticoides, era de gran extensión, por todo su cuerpo.
Una vez más confirmamos que la enfermedad es una, la psoriasis.Los pacientes son muchos, distintos, cada uno con su forma de reaccionar.
Algunos precisan otro tiempo para confiar y eso se refleja en el tratamiento”